31 de diciembre de 2012

Feliz Año Nuevo !!!


Amigos

Feliz Año Nuevo !!!

                Feliz 2013 !





17 de diciembre de 2012

Ese bicho que no se nombra: "Una Víbora"






Me cruzó la proa la muy guarra !!!

Que chucho !


































14 de diciembre de 2012

María Laura Genoud (In Memoriam)



Hoy te extraño mucho María !

                                     Suaves líneas curvas

                                                  Suaves líneas curvas
                                                  Ondulantes caminos…
                                                  En un manantial surge tu ternura
                                                  Virgen y mansa te entregas
                                                  Eres
                                                  Tierra
                                                  Mujer
                                                                                       http://laurafotospoemas.blogspot.com.ar/


27 de noviembre de 2012

Cuarto cruce a Colonia (ROU)



El Cuarto cruce al país hermano!
Esta vez lo hice con la Reina del Río de la Plata!
Su primer cruce!

Van algunas fotos:







5 de noviembre de 2012

SHM Bounty









Un pequeño relato de Perez Reverte, siempre interesante, con tanto lujo de detalle, regalandonos palabras que hablan de mares y marinos.

Gracias Pablo !
Permiso para publicar Arturo!




La luz de la Bounty




                                                                                                         Por Arturo Perez Reverte

Tengo en la biblioteca una Bounty de casi un metro de eslora, dentro de una urna de cristal. Ese barco -aunque originalmente era un carbonero de tres palos, escribo su nombre en femenino por razones más sentimentales que técnicas- presidió buena parte de mi infancia, animada por relatos sobre el mar entre los que, naturalmente, se contaba el motín de sus tripulantes en Tahití contra el despótico capitán Bligh en 1789: odioso personaje, aunque buen marino, que fue interpretado en el cine sucesivamente, y en los tres casos de forma espléndida, por Charles Laughton, Trevor Howard y Anthony Hopkins. El caso es que, como digo, ese barco inspirador de la trilogía que sobre el episodio escribieron Nordhof y Hall -conservo Rebelión a bordo, Hombres contra el mar y La isla de Pitcairn en el grueso volumen que perteneció a mi padre- formó parte de mi más temprana educación en lo que a barcos se refiere. Antes de cumplir los nueve años, la Bounty era tan habitual en mis primeras singladuras imaginarias como el ballenero Pequod, la Hispaniola donde navegó Jim Hawkins, el Nautilus del capitán Nemo, o el Arabella, buque pirata del capitán Blood.
Mi Bounty -comprendan el legítimo orgullo de propietario- es magnífica: casco hueco, tracas claveteadas, lijadas y barnizadas sobre las cuadernas, madera, latón, velas aferradas en las gavias y la bandera británica en el pico de cangreja del palo mesana. Un trabajo artesano, ése, que puedo alabar sin reservas porque no es mío -los barcos que construí nunca fueron tan perfectos- sino de un amigo que lo hizo para mí, echándole al asunto todo su afecto y su arte. Y ahora luce, honrada como merece, en una urna de cristal encastrada en un panel de la biblioteca, visible tanto por babor como por estribor. Rodeada, naturalmente, de libros que hablan de mares y marinos.



Hay una ventana grande cerca, al otro lado de la habitación. Y cada mañana, a la hora en que me dispongo a bajar por la escalera que lleva al lugar donde trabajo, la primera claridad del día entra por esa ventana e ilumina el suelo al pie de la vitrina. Los días grises traen una luz pizarrosa y tenue; pero los días despejados es un intenso rectángulo de sol el que incide directamente en las baldosas, enviando en dirección al casco y la arboladura de la Bounty un reflejo de claridad primero rojiza y después dorada que los ilumina desde abajo. El efecto, asombroso, dura unos minutos y es idéntico a la luz de un amanecer. Lo he visto cien veces en el mar, fondeado o navegando, cuando el disco solar asoma en la línea del horizonte: esos rayos horizontales que tornasolan el agua, primero intensamente bermejos y luego más claros y amarillentos a medida que el sol se hace visible, que iluminan los palos y velas cuando la cubierta aún está en sombra, y descienden despacio por la arboladura hasta deslumbrarte en rojos y dorados, alejando la noche por la banda opuesta. Haciendo posible una vez más el extraño milagro, la ilusión reconfortante y engañosa, de que el mar que te rodea, o la costa que la luz descubre a sotavento, parezcan más una promesa que una amenaza.

De ese modo veo la Bounty cada mañana, erguida y hermosa como si estuviera lista para la maniobra, fondeada sobre un ancla a la espera del silbato del nostramo. Obra maestra, como casi todos los buques de su época -ni siquiera una nave espacial supera en perfección a un navío de 74 cañones-, de la inteligencia, el arte y el coraje de gente para la que el mar nunca fue una barrera sino un camino. Con esa belleza natural, madera, lona, hierro y cáñamo en la primera luz del día, que ni los magníficos lienzos navales de Garneray, Dawson o Hunt pudieron imitar jamás. Como la vería con mis propios ojos en el mar auténtico, a tamaño real, si estuviera fondeado muy cerca de ella o remando en un bote en sus proximidades: iluminada desde abajo por la luz del sol naciente que hace relucir los dos cañones de babor que asoman por las portas situadas a popa, con la cubierta todavía en sombras bajo los palos y velas aferradas, y las cofas que la luz recorta entre la telaraña de jarcia que blanquea sobre la penumbra azul que retrocede hacia poniente. Como debió de verla por última vez, desde su bote, el capitán Bligh cuando fue abandonado a la deriva con dieciocho marineros leales, antes de emprender la hazaña de navegar cinco mil millas hasta Timor. Por eso cada mañana, al ver amanecer sobre la Bounty, sonrío recordando a los niños que soñaron con barcos como ése, cuando el mundo no se limitaba a la pantalla de un ordenador y la imaginación era refugio de los hombres libres.

 

4 de noviembre de 2012

Tercer cruce a Colonia (ROU)


Vino a visitarme el amigo O`Brien !!!
Con el objetivo de navegar en velero por primera vez y además hacer el cruce a Colonia para matar dos pájaros de un tiro !
Todo fue bien, gracias a Dios.
Pasamos un muy lindo fin de semana.

Ahí van algunas fotos:






Gracias Pablo !


27 de octubre de 2012

Regata Zárate – San Isidro 2012

Regata Zárate – San Isidro 2012





Y despues de 2 años volvimos a correr la versión 2012 de la regata Zárate-San Isidro.                                                                                                   Esta vez salimos 9º  !!!
               
Y el team ganador fue otra vez con el amigo e intrepido timonel Juan Luis Martinez la Hidalga y el joven patrón Omar Mazlumian, a las pruebas fotográficas me remito:




24 de octubre de 2012

Navegación en Solitario

Consecuencias psicológicas de su práctica


Una imagen vale más que mil palabras !!!








23 de octubre de 2012

Hombre al Agua

Un tema importantísimo:
                               
Fui a una charla náutica de Carlos Saguier Fonrouge en el espacio de quien organiza estos eventos, “Charlas en el Cockpit”.

El tema : Hombre al Agua




                                       
Una Charla indispensable
para todo capitán y tripulante
de barco a  motor o a vela.




Les paso un resumen de lo expuesto por Saguier Fonrouge:



“Mi opinión sobre el hombre al agua:

No hay dudas que se trata de uno de los riesgos mayores a que estamos expuestos los navegantes y nuestros ocasionales acompañantes.
Por lo tanto toda prevención es poca. Los hombres de la Prefectura Naval nos dan el ejemplo de conducta: llevan el chaleco salvavidas puesto en forma permanente, aún con buen tiempo. El chaleco salvavidas lo podemos comparar al cinturón de seguridad de los automóviles: ambos elementos están a mano, pero las estadísticas marcan accidentes para los ocupantes por no haberlos utilizado a tiempo.
Al menos : los niños, los ancianos, los discapacitados, los que no saben flotar y nadar bien, los tripulantes corpulentos y pesados, deben llevar el chaleco salvavidas puesto antes de aproximarse al muelle de embarque.
Los arneses y los cabos de vida conviene tenerlos a mano y listos para ser utilizados cuando el tiempo comienza a desmejorar y también es conveniente recurrir a ellos al caer la noche o cuando se navega con visibilidad restringida por niebla.

Hombre al agua:

No hay que perderlo de vista y hay que arrojar al agua un salvavidas de inmediato que no esté sujeto al barco y que tenga un ancla de mar y una boya flotante con asta y bandera. También debe tener luz para ser utilizada de noche.
Este paso es importante para dividir el área de búsqueda inicialmente en dos semiplanos respecto de la dirección del viento.
Es que resulta muy difícil visualizar la pequeña parte de la cabeza visible del náufrago que emerge solo algunos instantes, entre las olas.
Habiendo lanzado la boya con ancla de mar, facilita la orientación de la embarcación de rescate. También es conveniente señalar que en razón del abatimiento del salvavidas, a pesar del ancla flotante, que es mayor que el hombre al agua, nos marcará finalmente un cuarto del horizonte, a barlovento de la misma, donde realmente estará el hombre al agua.
Si no se lanza este salvavidas de orientación en la búsqueda y rescate del hombre al agua la maniobra resultará mucho más difícil.

Flotabilidad del hombre al agua:

Si el tripulante que cae por accidente al agua, con traje de agua y botas puestas, se entretiene en sumergirse y sacarse las botas y el traje de agua va a dificultar aún más su localización desde el barco que procura visualizarlo, y malgastará sus energías y quedará más expuesto a sufrir hipotermia.
Lo que debe hacer es ponerse a flotar de espaldas, con la cabeza bien tirada hacia atrás, y no sacarse absolutamente nada.
Pero para que esto ocurra correctamente, el náufrago debe saber flotar con traje de agua y botas puestas, y fundamentalmente debe poseer el suficiente autocontrol para estar tranquilo.
Esto se logra perfectamente si el navegante a practicado la maniobra correcta anteriormente y como parte de un entrenamiento en un zafarrancho de supervivencia.
Estos zafarranchos han sido organizados por la Liga Naval Argentina desde el año 1982, como parte de los cursos de navegación dictados por el suscripto.


Las maniobras a realizar:

Si navegamos a vela, ni bien se cae el hombre al agua se trata de no perderlo de vista y se arroja en primer término el salvavidas con ancla de mar, ya mencionado anteriormente, mientras se orza hasta una ceñida liberal, luego se vira por avante y se regresa en popa redonda filando toda la vela mayor y la vela de proa, concentrándose en pasar a unas dos esloras del náufrago. Una vez que se llega al través del hombre al agua, se inicia la orzada describiendo un semicírculo en que el velero va perdiendo estropada y va controlando su rumbo hasta aproximarse siempre por sotavento del náufrago.
El hombre al agua conviene dejarlo siempre a barlovento y en alguna de las dos amuras de la embarcación de rescate.
Hecha la aproximación se lanza otro salvavidas ahora sí unido con un cabo a bordo de tal manera de que el hombre al agua se lo ponga o se aferre a él.
Muchas veces ocurre que el náufrago está completamente agotado o en pánico, y si es posible debe haber un tripulante experimentado, a bordo de la embarcación de rescate, preparado ya con un chaleco salvavidas colocado para que en el momento de la aproximación se lance al agua juntamente con otro salvavidas para el hombre al agua, que sí conviene que tenga un cabo hecho firme a bordo.
Si el o los náufragos están aferrados a una embarcación tumbada, conviene gritarles que no se aparten de la misma hasta que el barco de rescate quede unido por un cabo, y siempre a sotavento de la embarcación tumbada o semi-hundida.
Si el rescate se hace a motor, también es aconsejable aproximarse por sotavento del náufrago y por la amura de la embarcación de rescate.
Una vez allí y cuando el náufrago ya está unido por un cabo a la altura de la amura, se apaga el motor, (no conviene dejarlo en punto muerto...hay que apagarlo), y recién entonces se lo lleva a popa para facilitar subirlo a bordo.
Las hélices aún en punto muerto pueden girar lo suficiente como para provocar heridas graves en los náufragos y por favor, nunca se aproxime a motor dando marcha atrás hacia un hombre al agua.
En el velero, si decidimos llevar el náufrago con los cabos hacia popa para embarcarlo, debemos arriar previamente las velas, ya que de lo contrario las velas comenzarían a portar inevitablemente, y con ello no sólo se va a dificultar la maniobra de rescate sino que puede llegar impedirla por completo.

Protección a la hipotermia:

Una vez a bordo debemos refugiar al náufrago de inmediato en la cabina, protegiéndolo de las corrientes de aire y cubriéndolo con mantas y abrigos.
Si ya está bajo el schok hipotérmico, es decir con los temblores característicos bien notable, no conviene desvestirlo, sólo cubrirlo con abrigos y darle de beber chocolate caliente o café bien azucarado.
Recién cuando desaparezcan los temblores conviene hacerlo cambiar de ropas.

Conclusiones:

Esta es una muy pequeña síntesis de los conceptos básicos de maniobra, conducta y recuperación de un hombre al agua. Es como presentar apenas como mueven las piezas principales en un gigantesco tablero de ajedrez..... las jugadas pueden ser muy diferentes.... sólo tenemos que evitar que las circunstancias nos lleven a perder la partida por jaque mate.....
Mar del Plata, el Golfo San Jorge, en proximidad de Punta Ballena, en aguas de Punta Anchorena, etc. fueron escenarios de múltiples rescates, pero para no cansar a los navegantes de Argentina Navega paso la posta para que algún otro navegante comente sus experiencias al respecto”.

Carlos Saguier Fonrouge
 

8 de octubre de 2012

Les presento a un pariente !





         








           Le colon Henri Genoud

 Fête des Vignerons 1905, Vevey.



                          Archives privées, Buenos Aires.




13 de agosto de 2012

Reparación y mantenimiento anual de los molinetes

Mantenimiento:
Desarmar, limpiar, grasa repelente al agua nueva, resortes de los gatillos nuevos, ajustes generales, armado final.










2 de agosto de 2012

Vito Dumas I


En mi visita al Museo Maritimo del Tigre, tuve la oportunidad  de poder ver com mis propios ojos a una leyenda; el  "Lehg II"
No lo podia creer!
Super emocionante!  
Haber leido, casi de un tirón, Los cuarenta bramadores, la vuelta al mundo por la ruta imposible (Vito Dumas, Ediciones Continente) y estar ahí, parado frente a esa leyenda.
Me parecia estar viendo un plato volador!




 Prometo ir contando parte de la biografia de Vito Dumas.


19 de julio de 2012

s/v Rainbow Warrior (Velero Guerrero del Arco Iris)



Estuvo en la Argentina, conmemorando los 25 años de la organización Greenpace en nuestro país, el nuevo velero llamado "Rainbow Warrior (Guerrero del Arco Iris)"












Para los que les interese más:



                                                 http://www.greenpeace.org.ar/blog/etiqueta/barco/



6 de julio de 2012

Título de Patrón



Y bueno!
Como quien no quiere la cosa, lo conseguimos!

 El bendito Título de "Patrón de Yate"
 







19 de junio de 2012

Segundo cruce a Colonia (ROU)



Viaje en solitario a Colonia

Ida                                                                                                              Vuelta
Hora de salida:     0900                                                                                Hora de salida:     1200
Hora de llegada:   1600                                                                                Hora de llegada:   2100


 



El ojetivo:   el  segundo ROL  para sacar el  Título de Patrón


5 de abril de 2012

Primer viaje a Colonia (ROU)


Los fines de semana para los nautas de estas aguas, las del Río de la Plata, es un clásico navegar hasta Colonia del Sacramento, en nuestro país hermano  de la República Oriental del Uruguay (ROU).




















 



Para embarcaciones chicas como la mía, un buen día, con buen viento favorable y sin grandes problemas estamos allá en unas 6 / 7 horas.









La distancia entre Colonia y Buenos Aires es de unas 27 millas (Aprox. 50 km).







 
Fue fundada en 1680 y ha sido declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO. Conserva su arquitectura original haciendo de ésta un verdadero tesoro histórico.

¿Pero que encontraremos en Colonia, Uruguay?
Principalmente gente con muy buena onda, y un paisaje colonial por excelencia.
Colonia tiene un gran puerto internacional en donde recibe muchísimo turismo.

Y personalmente busco el primer ROL de la PNA para poder sacar el Título de Patrón!

 
Les paso unos poemas de Mario Benedetti sobre unas fotos preciosas de la colonial Colonia:




 
Algunas páginas que pueden resultar de interes:





9 de enero de 2012

Vacaciones en el Delta del Paraná



Como casi todos estos últimos años, nos hemos tomado las vacaciones entre Navidad y Año Nuevo.


Son vacaciones náuticas!

Esta vez elegimos el delta del Paraná, en la zona del Tigre y su variada oferta de hostelería.
El Delta del Paraná es, en sentido geográfico, una transición entre la Mesopotamia y la llanura pampeana.
El delta es un espacio increíble e inmensamente grande!
Con 17 500 km² y una longitud de 320 km, nace a la altura del puerto y ciudad de Diamante, provincia de Entre Ríos.
Las islas del Delta del Paraná deben su existencia a la gran cantidad de sedimento que acarrea el agua del Paraná. En su desembocadura transporta aproximadamente un total de 160.000.000 de toneladas anuales de sedimentos.
El Delta del Paraná de este modo va avanzando, por colmatación, sobre el estuario del Río de la Plata.
Se divide en tres grandes regiones:
            * Delta Superior (desde Diamante, hasta Villa Constitución, Provincia de Santa Fe)
            * Delta Medio (desde Villa Constitución hasta Puerto Ibicuy, Provincia de Entre Ríos)
* Delta Inferior o en formación (desde Puerto Ibicuy hasta la desembocadura en el gran
   estuario del  río de la Plata).


Como somos novatos en el tema isleño decidimos ir a 3 cabañas distintas, ubicadas a bastante distancia una de la otra, para poder comparar y conocer lugares distintos y fascinante.
Estuvimos 2 noches en cada una de ellas.


          Primera noche:      Cabañas Río Manso, en el arroyo La Horca
          Segunda noche:     Cabañas Puerto La Pista, en el río Paraná de las Palmas
          Tercera noche:       Reserva Natural La Juana, en el arroyo Carabelas